Internet Explorer tiene la fama entre los usuarios de la red por la mala fama de que funciona lentamente. A pesar de las varias modificaciones importantes introducidas por Microsoft en vísperas de la salida de su último sistema operativo, Windows 8.1, la reputación del navegador sigue sin levantar cabeza.
A pesar de que la decisión del cambio de nombre no se dio hasta el momento, los ingenieros señalaron que ese tema sigue siendo evaluado, debido a que internamente los responsables de Explorer siguen divididos en el tema.
Según ellos, algunos piensan que no es necesario cambiarle el nombre a un producto que tiene una de las historias más largas en la red y que el próximo año cumple su 20 aniversario; mientras que la mayoría piensa que es necesario modificar el nombre dejando de lado el «estigma» de Explorer. Vamos, hablando en plata, que les da vergüenza su nombre.
Microsoft puso mucho énfasis en la intención de tratar de apartar a la gente de las versiones antiguas de su navegador web a favor de las más nuevas, de modo a recuperar terreno en comparación a Mozilla Firefox y Google Chrome, que son actualmente los más usados y conocidos.
