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El problema de Facebook es que ha dejado de ser una plataforma “gratuita” de marketing.

Nunca fue gratuita del todo, pues invertíamos tiempo y esfuerzo, pero ahora además hemos de invertir dinero.

Con los nuevos cambios que han introducido en su algoritmo, el alcance de nuestras publicaciones en las páginas de Facebook se ha visto fuertemente reducido. Y según ellos mismos reconocen, esta reducción en el alcance aún tiene que ir a más.

La versión oficial «como siempre» es que quieren mejorar la experiencia del usuario de Facebook, filtrando mejor las historias y mostrándole las de más calidad, interesantes y relevantes para él o ella. ¿Es cierto?…No, claro que no.

Yo pongo en duda que Facebook esté ahora mostrando contenidos de más calidad, más interesantes y más relevantes para sus usuarios que antes de los cambios. Aunque eso no quita que realmente quieran conseguirlo.

Ahora bien, lo que sí está claro, es que detrás de esos cambios está la estrategia de Facebook de “obligar” a los administradores de páginas de Facebook a contratar su publicidad para promocionar sus publicaciones, y que así tengan un mayor alcance.

Es decir, no solo les creamos el contenido para su página sino que ahora además hemos de pagarles, si queremos que alguien lea o mire lo que publicamos.

Bueno, es lo que hay, no en vano estamos jugando en su casa, y en su casa sus normas, y sus normas son: paga para jugar,  admitido por ellos, “the best way to get your stuff seen if you’re a business is to pay for it”, dicho por un portavoz de Facebook, según AdAge.

Te lo traduzco con mis palabras y leyendo entre líneas: si tienes una página de Facebook y quieres tener un buen alcance con tus publicaciones paga, de lo contrario, di adiós al tráfico de Facebook.

Empresas y particulares que han invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero en conseguir fans para sus páginas de Facebook, ahora ven, resignados, que además deben pagar para llegar a esos fans, y no solo una vez, sino siempre que quieran llegar a ellos con sus publicaciones.

El alcance orgánico, especialmente con los enlaces (lo que más nos interesa a nosotros), no será suficiente, por más fans que tengas. No te quedará más remedio que pagar, o seguir publicando para cada vez menos personas, personas que en su día dijeron “sí, me gustas y quiero estar al corriente de tus publicaciones”.

Ahora, a medida que el alcance orgánico de las publicaciones en las páginas de Facebook vaya bajando, las marcas y negocios tendrán que tomar una decisión:

¿Merece la pena invertir los recursos en tiempo, esfuerzo y dinero que se requieren para que el marketing en Facebook funcione o me centro en otras plataformas? En otras palabras: ¿Merece la pena estar en Facebook?

Si no podemos llegar a aquéllos que le dieron “me gusta” a nuestras páginas y que han interactuado de forma repetida con nuestros contenidos, ¿de qué nos sirve tener presencia en Facebook?

Facebook es un negocio, pero como la segunda página más importante en visitas del mundo, no deja de tener un importante impacto en internet, en la supuesta democratización de oportunidades que este brinda y en el tipo de información que llega a la gente.

C’est la vie. A nosotros, como siempre, solo nos queda una cosa: adaptarnos o morir.

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