Procastinación, deja para mañana lo que puedas que hacer hoy, aunque parezca que no, es el mal de nuestro siglo, solemos dejar para más tarde las decisiones que tenemos que tomar, para mañana, para la semana que viene…y cuando nos damos cuenta, ni siquiera vamos a tomar esa decisión o hacer esta u otra cuestión que más tarde nos daremos quizás cuenta, de que la tomamos cuando ya no queda más remedio, de forma urgente o precipitada.
Esta costumbre deja a la persona que quiera emprender con la incapacidad de tomar decisiones.
Quizás la crisis que a veces vivimos, no se trate tanto de un problema puramente económico, sino de mentalidad, y que aquel que trata de poner en marcha un nuevo proyecto se le tilda de loco o me atrevería a decir que aún peor, irresponsable. El “anda y búscate un trabajo fijo, y déjate de tonterías” que dirían algunos.
Sin embargo sería interesante no pasar por alto un par de curiosos datos con lo que me tropecé recientemente: Sólo el 21’4% de las empresas en España, como el ejemplo que conozco más de cerca, tienen más de dos trabajadores y de éstas, sólo el 4’8% están formadas por más de 20 empleados.
Hoy en día además tenemos a nuestro alcance la mayoría productos necesarios para vivir y a excepción de la comida que necesitamos para vivir, el resto constituyen más una cuestión comercial que una necesidad real.
Como por ejemplo la obsolescencia programada y que tiene que ver con que los productos están pensados para ser renovados después de ciertos número usos, puesto que de otra forma no tendríamos nada que producir.
Una vez dicho esto y para concluir, retomo la definición del principio: Supone un reto y no es fácil, pero aún así emprender constituye hoy en día la posibilidad más real de solucionar nuestra necesidad de empleo actual y que seriamente nos deberíamos plantear.
No se si es tu caso y te encuentres intentanto tomar decisiones para salir del desempleo, del paro o de tu situación actual… pero…al menos esta es mi experiencia …te recomiendo que la leas…